Hoy no es un día cualquiera. Hoy juega OTK, ese equipo que muchos subestimaron, que comenzó desde lo más bajo, donde pocos creían en ellos y donde la mayoría no apostaba por su crecimiento. Pero hoy están aquí, en la gran final, demostrando que el trabajo duro, la constancia y el corazón que se pone en cada partida pueden llevarte muy lejos. OTK no ha tenido un camino fácil. Vienen desde abajo, desde las clasificatorias más duras, luchando contra todo pronóstico y creciendo paso a paso.